Es muy frecuente escuchar decir a las personas de más edad de nuestro entorno familiar,
que los bebés de hoy no son como los de antes y que solo les falta nacer hablando.
Hace años cuando un bebé nacía pasaba la mayor parte de su tiempo arropado con mantas y tumbado hasta ser ya bastante mayorcito,
pues por lo general al bebé solo se le atendía para satisfacer sus necesidades de comida y aseo.
En la actualidad los bebés son estimulados incluso antes de nacer, en el vientre materno, es lo que se conoce como estimulación prenatal.
El primer estímulo que el bebé oye cuando está en vientre materno es la voz de su madre.
Por eso es muy importante hablarle, llamarle por su nombre, cantarle, escuchar música.
La voz de su madre le reconforta y lo tranquiliza, y estos estímulos antes de nacer favorecerá su desarrollo cerebral.
Debemos recordar que los cinco sentidos del bebé se van formando durante el embarazo así como sus órganos.
Una vez que el bebé nace la estimulación temprana favorecerán el adecuado desarrollo motor del bebé así como,
su desarrollo cognitivo, emocional y social.
La estimulación temprana consiste en una serie de movimientos y técnicas que ayudan a estimular y a ejercitar adecuadamente
el sistema neuromuscular y nervioso del bebé.
Tanto las madres como los padres y las personas que estén a cargo del cuidado del bebé deberán procurarle estos estímulos.
Tampoco es bueno que el bebé esté todo el tiempo estimulado, deberemos alternar con momentos de tranquilidad.
Los estímulos deben ser apropiados a su edad y nivel de desarrollo, también a sus características y ritmo de aprendizaje,
ya que todos los bebés no tienen el mismo ritmo.
A medida que el bebé va creciendo muestra interés por todo lo que le rodea y cualquier momento del día es bueno para estimularle,
el momento del cambio de pañal, el momento del baño, el momento de la comida.
A los bebés les gusta que le hablemos, que le cantemos, que le hagamos sentir seguro con abrazos, besitos, muestras de cariño.
Algunos consejos a la hora de estimular al bebé
– Elige un momento tranquilo para jugar con él, y parar cuando notemos que ya está cansado.
– Aprovecha los momentos en los que tienes que atenderle para hablarle, cantarle, como el cambio de pañal,
el momento del baño, el momento de la comida.
– En el momento del baño es bueno masajear al bebé el masaje les aporta muchos beneficios y les reconforta.
– Busca objetos que tengan sonidos agradables, de diferentes texturas,
agradables al paladar, juguetes luminosos pero que no le exciten demasiado.
– Los juegos en los que puedas cantarle y hacerle reír.
– El tono de voz es importante, háblale con cariño y con voz dulce.
– Es bueno escuchar música con el, incluso cuando vayan en el coche.
– Busca cuentos de tela, de plástico, de diferentes texturas y colores.
– Familiarízale desde temprano con los libros.
Aunque aún sea un bebé puedes contarle algún pequeño cuento antes de dormir, descríbele lo que ve mientras vas pasando las hojas.
Piensa qué aunque aún no es capaz de entender lo que le estas contando, tú voz le tranquiliza, le reconforta y le hará sentirse seguro.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Bebés y Niños
