Estamos en Otoño y como todas las estaciones tiene frutos característicos
de su temporada, entre las que se encuentra el membrillo.
El membrillo cuyo nombre científico es Cydonia Oblonga y pertenece a la familia de
las Rosáceas y es originario de Asia concretamente de la Zona Caucásica.
Es una fruta cuyo color es amarillo brillante, su piel resulta aterciopelada al tacto.
Muy rica en pectina, su pulpa es dura, fibrosa pero muy aromática y de sabor ácido.
No suele comerse en crudo por su sabor astringente sin embargo cocidos, en
mermeladas o conservas su sabor es exquisito.
Los primeros membrillos podemos conseguirlos en el mercado a comienzos de Otoño hasta
comienzos del Invierno, podemos congelarlo y disponer de la fruta en cualquier momento del
año como ocurre en el caso de las conservas o compotas.
Para congelarlos, debemos lavarlos previamente, quitarles la piel y guardarlo en forma de puré.
Entre los beneficios nutricionales que esta fruta nos aporta tenemos que es rica en vitaminas A, C, B, E ,
rica en minerales como el potasio, calcio, magnesio, fósforo, hierro, manganeso, sodio,
selenio, hierro, cobre, y zinc.
Su aporte en grasas es mínimo, y el resto de nutrientes que contiene está formado por agua, fibra,
proteínas, y carbohidratos.
La forma más habitual de preparar el membrillo es elaborando el dulce de membrillo pero también podemos prepáralos asados
en el horno para acompañas recetas de comidas, en la elaboración de tartas, conservas, mermeladas, etc..
Sobre la autora
Escrito por Tere en Nutrición y alimentos