Que los niños crezcan felices dependerá del cariño, el afecto y la comunicación que los padres den a sus hijos, además de tener cubiertas sus necesidades básicas que les permitirán crecer sanos y felices.
Un niño que se siemta querido se sentirá seguro. Desde pequeños debemos alentarle y feliciatrle ante cualquier logro o avance esto le ayudará a sentirse valorado y reforzará su autoestima. Tener una buena autoestima le ayudará en el futuro a ser una persona segura emocionalmente y se relacionará mejor con las personas que le rodean. Hay veces en los que se piensa que será feliz sí no le falta de nada. Entonces se comete el error de colmar al niño con juguetes y caprichos cuando lo que más demandan ellos es tú cariño y atención.  Desde pequeños hay que hacerles ver que en casa hay normas para todos los miembros de la casa incluido él y que se deben cumplir por todos y sin excepción. Crear unas rutinas y horarios en la vida familiar les ayudarán a que no se sientan perdidos o pretendan hacer las cosas a su antojo.
La sociedad en la que vivimos y el ritmo de vida que llevamos actualmente hace que a veces ocupemos al niño la mayor parte del día con actividades, esto hace que los niños crezcan sin nuestra compañía. Por eso todo el tiempo libre del que dispongamos se hace poco para estar con nuestros hijos. Aprovecha esos momentos y exprésale todo lo que les quieres y lo importantes qué son para tí, escúchales para saber cómo se sienten, lo que piensan, déjale que exprese sus emociones y sentimientos, juega con ellos, comparte momentos de ocio con ellos. Recuerda que eres un modelo que ellos imitaran y el espejo en el que ellos se miran, sí eres un adulto feliz y ellos así lo ven y lo sienten se sentirán felices también.