Es normal que cuando le ofrezcamos la primera cucharada de papilla de frutas, el bebé muestre desagrado, se estremezca y la rechace.
El bebé reacciona así porque espera encontrar el sabor que hasta ese momento solo conoce “el sabor y el calorcito” que la leche le proporciona.
El sabor de la fruta además de ser nuevo para el, está frío, es ácido.
En artículos anteriores hemos ido publicando las primeras papillas de frutas y compotas para los bebés a partir de 4 meses.
Las papillas que hemos publicado en artículos anteriores no están elaboradas con leche.
Algunos bebés aceptan desde el principio la papilla de frutas o compotas de frutas, sin embargo un alto porcentaje de bebés la rechazan.
Lo primero que las madres y padres debemos hacer es mantener la calma, no entrar en desesperación, e intentar buscar la forma de que logre aceptarla.
El estado de ánimo de la persona que le va a dar de comer es importante ya que los bebés son como esponjas que lo captan todo.
Antes de comenzar a elaborar la papilla de frutas o cuando vayamos a manipular cualquier otro tipo de alimentos que vayamos a ofrecer al bebé debemos
tener en cuenta lavarnos bien las manos.
Escoger las frutas frescas que no estén dañadas, lavarlas bien, quitarles la piel y también las semillas.
Como lograr que el bebé vaya aceptando la fruta
Para que el sabor de la papilla de frutas no resulte tan chocante para el bebé lo ideal será acompañar la fruta con un poco de la leche que habitualmente toma.
Prepararíamos primero un poco de leche de la que el bebé toma, sí acaso es leche de preparación y luego la añadimos a la fruta triturada.
Sí la leche que el bebé toma es materna, extraeríamos un poco de leche con un sacaleches, la calentamos y la añadimos a la fruta triturada.
La leche le aporta algo más de suavidad a la papilla, no estará tan fría y el bebé no notará la papilla tan ácida.
Los primeros días y hasta que vaya adaptándose a las papillas lo normal es que se quede con hambre o esperando algo de leche.
En estos momentos se le puede dar a continuación un biberón de leche o una toma de pecho.
Según vayan pasando los días y una vez aceptada la papilla de frutas, le daremos más cantidad de papilla de frutas para que quede satisfecho.
Las primeras papillas podemos elaborarlas con 100 gramos de fruta por ejemplo manzana y pera y 60 mililitros de leche.
Cuando haya pasado una semana podemos preparar una papilla de futas de una medida de 250 mililitros y
a la que le hayamos incorporado una cantidad de leche de 90 mililitros.
Una vez aceptada la papilla de frutas al llegar al año de vida se incorporaran también de una en una las frutas indicadas para esa etapa como,
el melocotón, albaricoque, sandia, ciruelas, uvas.
Lo que no debemos hacer
No debemos añadir a la papilla de frutas ni miel, ni azúcar.
No abandonar las papillas de frutas cuando ya el bebé se haya iniciado en la masticación, podemos mantenerla como postre.
Lo que debemos tener en cuenta
Mantener las papillas de frutas todo el tiempo que podamos, pues es la mejor forma para que el bebé consuma más cantidad de fruta y más vitaminas.
Cuando notemos que el niño ya muestra un día tras otro que no quiere la fruta triturada, es el momento de ofrecerle las frutas en trozos.
No debemos desaparecer la fruta de su dieta.
Los niños tienden a imitar las conductas adultas incluso a la hora de comer, sí en casa lo habitual es comer fruta,
ellos también acabarán aceptándola en su dieta con toda normalidad.
Sobre la autora
Escrito por Tere en Bebés y Niños